Protección de las Islas de San Pedro

Frenta a O Portiño existen una conjunto de pequeños islotes que tienen un interés natural suficiente para mantenerlos alejados de la especulación urbanística. Eso es lo que ha muy bien pensado el Ayuntamiento que ha empezado a hacer los trámites necesarios para declarar la zona como Espacio Natural de Interés Local (ENIL), un proceso iniciado en 2009 y que se paralizó en 2012. Es la Xunta el organismo que debe aprobar la protección y lo ha hecho por que ha considerado que esas islas tienen elementos geológicos, ecológicos, paisajísticos y etnográficos lo suficientemente importantes como para ser preservados.

Islas de San Pedro.

Hace 300 mil años, como explica el catedrático de Geodinámica Exterior de la Universidad de Koruña, cuando el nivel del mar estaba 120 metros por debajo del actual, las rocas del pequeño archipiélago estaban cubiertas de esa arena hasta que volvió a subir el nivel del mar y la erosión marina las aplanó y moldeó. Podemos imaginar el alejamiento de la costa con respecto a la actual durante los periodos de glaciación cuando el nivel del mar bajaba.  Todavía se pueden ver los restos de los grandes arenales que cubrieron una amplia extensión de lo que hoy oculta el mar, si se pasea por el sendero que atraviesa las faldas del Monte de San Pedro.

El archipiélago está formado por 4 islas con una superficie total de 7 hectáreas y una altura máxima de 12 metros. Están separadas de tierra entre 200 y 300 metros.

Un gran pulmón verde que nunca se hizo realidad

Además, según señalan en la web municipal, este conjunto de islotes se integra dentro de un conjunto paisajístico formado por San Pedro, Cortigueiro, Bens y la costa adyacente de la ciudad. Resalta que esta zona debe servir como gran parque de recreo de los ciudadanos y visitantes y fomento de la biodiversidad. Afortunadamente, el nuevo grupo político ha virado en 180º la consideración de este enorme espacio verde, puesto en el punto de vista de los anteriores gobiernos para crear una horrorosa urbanización (aunque parte finalmente acabará siendo tragado por el Polígono de Visma). Sin duda la zona, en manos de mentes sensibles y preocupadas por el medio ambiente, sería una prolongación del Parque de San Pedro con más masa vegetal, ampliando la variedad de parques con jardines botánicos e invernaderos y la masa forestal con grandes bosques atlánticos bordeando la ciudad y alejando el cemento que ha sepultado gran parte de la ciudad. Que sea lo verde que rodee a lo gris y no al revés. Iniciativas como aquel plan urbanístico encargado al arquitecto catalán Busquets parece que han caído en el olvido. En el se proponían ideas como la creación de un gran parque periurbano que se extendiera más allá de Koruña, una enorme área verde compartida con ayuntamientos limítrofes (en principio se había planeado, en aquellos tiempos de los últimos coletazos del vazquismo, traicionado por el alcalde Losada, para el periodo de tiempo comprendido entre 2017 y 2020, previa construcción de las urbanizaciones antes criticadas).

Espacios verdes proyectados por Busquets.

El Mirador del Atlántico en el Parque de San Pedro.

Más atrás en el tiempo, se quedó el Gran Parque Atlántico, propuesta electoral de Paco Vázquez con un jardín botánico al que se le pondría el nombre de Casa de las Plantas. Como referencia los técnicos municipales iban a visitar los centros de referencia en Europa como el Proyecto Edén con sus grandes cúpulas. De todo aquello solo se reformó el Parque de San Pedro con su mirador, su restaurante y su ascensor panorámico.